Día 3. Veintiuno de diciembre de 2016.

 

El día comienza en Las Terrazas, mi idea era salir hoy de aquí temprano y llegar a Playa La Mulata a pasar la noche. Abrí el primer ojo sobre las 07:00 AM. Tras volverlo a cerrar, el segundo ojo se abre pasadas las 08:00 AM. para que finalmente abra los dos completamente sobre las 09:30 AM.

 

A esas horas el sol era ya abrasador, y me planteé si no era mejor pasar allí el día y salir con el amanecer al día siguiente. Sabía que la ruta de hoy no iba a ser tan larga como la anterior, (aproximadamente 60 km) pero no tenía la certeza sobre las cuestas ni el estado de la calzada y no quería pasar una jornada tan extenuante como la de ayer.

 

Para tomar una decisión, le pregunté al hijo de la dueña de la casa dónde me hospedé, me dijo que eran aproximadamente 60 km, que al principio si tendría alguna cuesta, pero que luego la mayor parte era cuesta abajo.

 

Entonces para intentar seguir con mi idea inicial decidí tirar para adelante, la ruta era hasta La Mulata, y mi idea era comer alrededor de Bahía Honda. Esta era la primera parte de la ruta:

 

Ruta Las Terrazas – Bahía Honda: 28.9 km.

 

Así que, de nuevo, alisté mi bici y comencé el camino.

 

Salgo del pueblo y comienzo a pedalear, el paisaje era precioso y como había altos árboles a cada lado, el sol no me pegaba aún de lleno.

 

Al rato de empezar mi camino, veo que me alcanzan dos ciclistas, no parecían nada profesionales, sólo chavales jóvenes con una mochila en la parte de atrás de la bici. Cuál fue mi sorpresa, cuando me encuentro que uno de ellos, era el guiri al que ayer le quité de encima a los niños pesados que iban detrás de él en la bici. Obviamente nos reconocemos y empezamos a charlar.

 

El chaval se llama James, es australiano y está viajando por la isla, junto con él iba Zeno, un chico italiano. Ambos se conocieron un par de días atrás en el hostel de La Habana, y decidieron alquilar una bici y llegar hasta Viñales en ella.

 

Seguimos rodando juntos un rato, hasta que llegamos a un desvío dónde ellos iban a tomar otro camino diferente al que iba a tomar yo. La verdad que ellos iban bastante menos equipados, se notaba que su viaje había sido mucho más improvisado que el mío. Finalmente, tras charlar un rato y comentarles cual era mi idea, deciden tomar mi ruta y acompañarme en el camino. La verdad que para mí fue una alegría, en vez de hacer el viaje solo, iba a tener compañía en la ruta.

 

El camino al principio fue duro, había muchas cuestas, pero al rato, la mayoría del camino eran largas bajadas pasando por unos paisajes espectaculares. En los tramos de bajada me pasaban, (recordad que desde que monté la bici en el aeropuerto yo había perdido el plato grande, ya no me funcionaba) y en las cuestas abajo me sacaban bastantes metros.

 

A pesar de eso fue un buen trayecto hasta San Diego de Núñez, dónde decidimos para a almorzar. Era un pueblito muy pequeño dónde nos comimos una pizza, un refresco y un café por 21 pesos cubanos, no llega a ser un CUC (recordad 24 pesos cubanos= 1CUC=1$). Y fue donde sufrí *el primer chaparrón de la isla.*

 

Ruta San Diego de Núñez – Playa la Mulata: 34.1 km

 

Esperamos un poco a que escampase y seguimos la travesía, pasamos por Bahía Honda y entre lluvias y claros, *llegamos totalmente manchados a La Mulata*, donde nos hospedamos esa noche. Nos tomamos un par de cervezas en un lugar con unas vistas espectaculares al cayo frente a la bahía. Ahora tenía quién me podía grabar los vídeos, la noche no se alargó mucho más y ahí terminó el tercer día.

 

Publicada originalmente el 02/03/2017*

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